viernes, 4 de junio de 2010

Oficina - Casa en bici.

Estas son algunos detalles que me gustan del camino de la oficina a casa (y viceversa) y que no quiero olvidar. Lo veo todos los días y le he cogido cariño.

Los troncos en el río esperando para ser llevados al aserradero.
El nombre de esta compañía de mudanzas es genial. Yo contaría con ellos.
A ambas orillas del río hay unos grandes transformadores eléctricos. No soy el único al que le gusta esto, ¿verdad?
Una camioneta muy graciosa que me encuentro en el camino de vuelta a casa, en medio de una cuesta tremebunda de 20 minutos sin parar de pedalear y sudar.
Los troncos están cercados perimetralmente por cuatro de ellos que están encadenados en sus extremos, para que no se suelten, también hay uno encima de todos ellos por si hay mal tiempo que no se desestabilice el invento.
Y este es el aserradero, pero no se ve la parte chula, que es el sistema de cintas transportadoras y grúas que manejan los troncos. Tiene sus propias vías de tren para los vagones de mercancías y huele curiosamente bien.

Hablando de olores. Vancouver huele a flores, pescado, mar, barbacoas, humedad, marihuana, campo y bollería.

2 comentarios:

  1. Si puedes,embolsa ese olor a marihuana y mándanoslo.Aquí hay que "colocarse".

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  2. Me gustan mucho las fotos. Lo industrial y yo...

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