domingo, 17 de enero de 2010

Autobuses

A los autobuseros, como todo el mundo sabe, hay que darles de comer a parte (salvo a los que tienen barba y se apellidan Gómez, que son gente estupenda), pero aquí son mas especialitos de lo normal.

El primer día me sorprendió que permitían a la gente bajar por la puerta de la entrada, que todo el mundo les daba las gracias al bajarse (algunos hasta desde la puerta de atrás gritan "thank you") y lo incómodos y viejos que son muchos de los autobuses. Tardé un par de días en darme cuenta que la puerta trasera no se abre sola sino que hay que empujar la puerta cuando el autobús se para y se enciende una lucecita verde. Para anunciar que quieres bajarte hay un cordón que recorre los dos laterales del autobús y no son "piso bajo" sino que tienen una rampa extensible gigantesca. También tienen todos un porta bicis en el parachoques.

Pero lo que quiero contaros es la actitud de los conductores, no parece que tengan ningún tipo de código de conducta, cada uno hace lo que le da la real gana... algunos paran en el semáforo antes de la parada para que la gente no tenga que esperar, otros tienen la radio a todo volumen y van cantando y alguno que otro tiene toda su zona decorada a su gusto personal. Muchos dicen "hola, buenos días" a todos los pasajeros que suben y otros te echan la bronca si tienen que esperar porque esta subiendo mucha gente.

A mi me cabrea muchísimo que la gente les de las gracias al parar ¡porque es su trabajo!.. además ni siquiera abren la puerta de detrás, la tienes que abrir tu mismo. Tengo dos anécdotas que me han llamado mucho la atención, la primera es que un conductor con el cartel de "fuera de servicio" en el autobús paró cuando yo estaba en la parada y me dijo "sube anda, que yo voy siguiendo el camino habitual" (ahí hice la foto de arriba, yo solo en el autobús), me dijo un compañero que a él también le había pasado, y la otra es negativa, antes de ayer de repente para el conductor en una parada... se baja ¡y se pone a hablar por teléfono! en medio de la ruta... el tío estuvo 5 minutos dándole al palique y como si nada, luego se subió y continuó... y la gente como si fuera lo mas normal del mundo.

Otro día hablaré de lo calmados que son los canadienses de aquí, porque el cabreo que me cogí yo con el autobusero era lo mas natural, pero para el resto de los viajeros no.



2 comentarios:

  1. Creo que por lo que he visto en series, documentales y docurealities y demás que hablan de canadienses siempre me han transmitido que son una gente muy tranqui y es algo que siempre me ha llamado la atención teniendo a quienes tienen debajo.

    Me molan mucho las entradas que haces de este tipo, mostrando los contrastes de las pequeñas cosas de la vida cotidiana.

    qué buen rollo de conductor el que te recogió, eso no se ve por aquí ni de coña, claro que al ser tía tampoco sé si confiaría de subirme a un autobús con el conductor sola... u know...

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  2. oyes! como es el día a día con las olimpiadas? se nota en algo?
    es que acabo de poner la 2 y estoy viendo a unos fulanos patinando a toda leche y me he acordado.

    por cierto, no te parece, que dentro de lo absurdo que radica en todo los deportes, los de invierno se llevan la palma?

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